sábado, mayo 13, 2006

Comuníquese y cúmplase.

FUNCIONAMIENTO DE LOS COMITES EDITORIALES DE saga
O de las reglas para el buen funcionamiento del espíritu
[por AnaMaríaAmaya-Villarreal]
A pesar de que la primera y única reunión general de los miembros de nuestra revista adolece de protocolo (pues la negligente nueva directora no designó a alguien en ese momento), vale la pena recordar uno de los puntos allí mencionados: el reto actual de consolidarse como un grupo de trabajo que enfrenta saga [por grupo entendemos un conjunto de personas que trabaja mancomunadamente para alcanzar un objetivo compartido mediante una equilibrada repartición de cargas y un previo compromiso voluntario expresado públicamente].

Decir que el tema fue discutido resulta, a mi pesar, no sólo exagerado sino francamente falso. Lo que sí hubo fue un respaldo general a mi convicción de la necesidad imperiosa que tiene saga de adoptar medidas o correctivos que conduzcan sanamente a la optimización del funcionamiento de los comités [teniendo en cuenta que el trabajo filosófico-editorial es la columna vertebral y el rasgo distintivo y preciado de saga]. Con este respaldo, tristemente materializado en los silencios-respuesta a los ansiosos y frustrados “¿alguien tiene que decir algo al respecto?” y “asumo entonces que están de acuerdo”, emprendí una serie de reuniones con los directores de los comités editoriales, a saber, Diana Catalina Hernández, Camilo Ordoñez y Marcela Guarnizo, para que junto con ellos determináramos las medidas a tomar.

Tengo que decir que mi espíritu se entristeció al adquirir esa opinión sobre el funcionamiento de los comités, se entristece ahora al tener que redactar el resultado de dichas reuniones y se entristecerá por la eventual aplicación de las medidas aquí establecidas. Nunca he creído ni creeré en la autoridad. De hecho, anhelo un mundo en el que la autoridad no solamente sea restringida, sino imposible. Pero, así mismo, no comprendo por qué los comités de la revista no funcionan de una manera óptima si tenemos en cuenta que el ejercicio filosófico-editorial es una práctica a la que nos hemos sometido por voluntad propia, por vocación y en casos extremos, por amor. Así las cosas, dada la infinitud, aridez y oscuridad que comportaría la realización de dicha tarea, no interesa en este contexto pensar por qué los comités no funcionan ni vale la pena desgastarse tratando de buscar explicaciones a la inasistencia o al incumplimiento de las labores asignadas. Vale la pena, más bien, propiciar un estado de cosas en el cual la revista sea, efectivamente, un organismo activo, eficaz y creativo que se corresponda con nuestra concepción aparentemente compartida de quehacer filosófico. Es por esto que hemos asumido la penosa tarea de convenir ciertas sanciones para aquellos que lesionen el sacro deber que han adquirido con la revista.

Claramente, las siguientes deben ser entendidas como medidas de carácter provisional. Si como resultado de su aplicación saga se ve reducida a 5 o 6 miembros, habría que empezar a preguntarse por la pertinencia de la existencia misma de la revista. Aspiro a que no tengamos que formularnos esa pregunta en un futuro cercano.

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MEDIDAS A TOMAR EN BUSCA DEL RECTO FUNCIONAMIENTO
DE LOS COMITÉS EDITORIALES


[Se lamenta la ceremonia casi jurídica con la que está redactado el presente documento.]

I. ASISTENCIA A LAS REUNIONES GENERALES

Es obligación de todas y de todos los miembros de saga asistir a las reuniones generales, ya que éstas son fundamentales para i. la consolidación del trabajo semestral (el número impreso que nos comprometemos a entregar cada semestre), ii. los rumbos editoriales o ideológicos que va tomando la revista, iii. la realización exitosa de eventos de todo tipo y de suma importancia para la revista y iv. el planteamiento de estrategias para el buen funcionamiento de la revista o la evaluación crítica de las ya existentes.

Por todo lo anterior, la no asistencia a dos de las reuniones en un semestre equivaldrá a la desvinculación de la revista. Este control de asistencia, como los llamados de atención, estarán a cargo del director o directora en ejercicio.

II. ASISTENCIA A LAS REUNIONES DE COMITÉ

El trabajo que se realiza en los comités editoriales es arduo. Faltar a una reunión puede implicar la no-participación en la corrección de medio artículo o incluso –ya que muchas veces nos hemos sometido a sesiones maratónicas- de un artículo completo. Por lo demás, vale la pena notar que la asistencia intermitente retrasa el trabajo del comité en general, pues el miembro de asistencia irregular obstaculiza una reunión que, por lo general y si el comité trabaja como debe ser, supone trabajo previo. Por esta razón hemos considerado que la inasistencia a dos reuniones es suficiente para que una persona pierda su investidura como miembro de la revista. Los llamados de atención [primera falla] como la determinación y posterior comunicación referente a la desvinculación de un miembro de la revista estarán a cargo de cada coordinador o coordinadora de los respectivos comités.

El director o directora en ejercicio se comprometerá a solicitar con frecuencia a los coordinadores de comités los registros pormenorizados de asistencia. De igual modo al coordinador de difusión y ventas. Así mismo se reserva el derecho de confrontar la información con los mismos miembros de los comités.

I’ y II’

Respecto a la implementación de las anteriores disposiciones, hay que añadir lo propio a propósito de cierta hermana de la asistencia que cumple aquí un papel muy-muy importante: la puntualidad. Hemos estipulado entonces un margen de 15 a 20 minutos para dar inicio a las reuniones. Si algún miembro llega a las reuniones después de dicho margen, la falla quedará igualmente registrada por el coordinador o coordinadora de cada comité.

III. COMPROMISO CON LA DIVULGACION

Las divulgación y sus resultados son importantes para saga. Gracias a los humildes rubros que nos dejan el funcionamiento más o menos irregular de esta labor de difusión es que es posible hacer los lanzamientos, imprimir los afiches, enviar invitaciones, etc. Hemos comprobado que cuando alguien ofrece la revista, ésta efectivamente es bien recibida por el público [prueba de esto son las cifras que respaldan las semanas en las que un comité asume responsablemente la difusión tanto en el Departamento como en cursos de extensión]. Con el coordinador de del comité de difusión creímos conveniente reducir los días de presencia en el Departamento de cinco (5), como venía funcionando hipotéticamente, a dos (2), sumando la presencia en los eventos [cursos de extensión, congresos, etc.].

Ahora bien, en la medida en que los coordinadores de los comités se han encargado de cubrir una semana de ventas con sus miembros, hemos considerado ventajoso contar la falta a este compromiso como una falta equivalente a una inasistencia a las reuniones de comité editorial. Es responsabilidad del coordinador de ventas y del coordinador o coordinadora de cada comité verificar el buen funcionamiento de los turnos de ventas cada semana. El llamado de atención puede ir del coordinador a los directores o directoras de comité y de estos últimos, directamente, a sus respectivos miembros.

IV. ANOTACIONES VARIAS

a. No sólo es obligación de los coordinadores o coordinadoras de los diferentes comités procurar el cumplimiento de lo aquí estipulado. Todas y todos los miembros de saga están en el derecho y el deber de exigir el cumplimiento de lo anteriormente expuesto. Están facultados, entonces, para llamar la atención de su coordinador sobre un caso en particular. De no ser atendido su llamado, deberá dirigirse directamente al director o directora en ejercicio.

b. Se tendrán en cuenta los tipos de excusas que se presenten a las inasistencias a las reuniones. No desconocemos percances de última hora ni calamidades domésticas ni enfermedades incapacitantes. En estos casos, previa evaluación integral del trabajo del miembro del comité, los coordinadores están autorizados para sopesar la gravedad de una falla. Lo mismo en lo que atañe al director o directora en ejercicio en cuanto a la asistencia a las reuniones generales. Tampoco desconocemos, claro está, las normas básicas de cortesía, es decir, avisar y ponerse al día.

Así mismo, la consideración de todo tipo de excepciones al procedimiento queda a discreción de los coordinadores de comité siempre y cuando lo comuniquen al director o directora en ejercicio (hay miembros que, por ejemplo y por razones de fuerza mayor, no pueden asistir a las reuniones pero envían juiciosamente sus comentarios al coordinador. Sólo si este procedimiento es, en opinión del coordinador y de los miembros, altamente provechoso para el comité, sería autorizada la excepción).

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En constancia de lo anterior, y comprometiéndose a cumplir estrictamente lo dispuesto anteriormente en el término de la inmediatez, suscriben el presente documento,


Diana Catalina Hernández.
Coordinadora Comité Antigua

Camilo Andrés Ordóñez. Coordinador Comité Moderna

Marcela Guarnizo. Coordinadora Comité Contemporánea
Ana María Amaya-Villarreal. Coordinadora general